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viernes, septiembre 29, 2006

NOCHES DE EMBRUJO



Bar-cafe Noveccento, Sevilla

SANGRE Y ARENA

Estoy en contra de la violencia. Estoy en contra de todo tipo de violencia, y en los toros hay violencia. ¿Cuántas veces disfrazamos la violencia como espectáculo, cultura o arte? La violencia nunca es espectáculo. En todas las culturas ha habido un tiempo para las manifestaciones populares que pasado el mismo dejan de tener sentido. Los tiempos cambian. ¿Cuánto dinero mueven las corridas de toros? . Probablemente mucho. Esa es la respuesta. Es cierto, mientras las plazas tengan público habrá toreros en la arena. Penso pensé, que queríamos un mundo sin violencia en todos los sentidos. Quizás me equivoqué. Ya nadie rie cuando nos daba por lanzar cabras desde un campanario... Todo evoluciona, nada permanece. ¿Seremos capaces de imaginar una fiesta divertida sin sangre y sin muerte?. No se siente, no; la violencia duele no divierte.

GALERÍA FOTOGRÁFICA: "Noches de embrujo"

1 comentario:

  1. Anónimo4:05 p. m.

    Para los que justifican las corridas de toros simboliza la lucha cuerpo a cuerpo contra la naturaleza sublimándolo en una forma de arte. Es por tanto la lucha del espíritu frente a la naturaleza, anteponiendo el peligro, el riesgo ante la posible muerte, frente a la seguridad, pero yo lo veo una lucha muy desigual donde el toro casi siempre lleva la peor parte porque está en inferioridad de condiciones. Además, el arte se hace con ideas, no torturando y haciendo derramar sangre. No debe en mi opinión suponer la muerte de ningún animal o su tortura, no puede ser amoral, al menos en la práctica (pues ya no se trataría de un juego sino de una carnicería). La superioridad del humano frente al animal irracional y salvaje yo la veo en el respeto a su derecho a no ser maltratado ni cruelmente torturado, todo lo demás son justificaciones ridículas que nada tienen que ver con el arte sino con la crueldad del ser humano que exalta y ensalza la violencia para reafirmar gratuitamente su "superioridad". Verdaderamente lamentable en este siglo y en un país supuestamente moderno y desarrollado como es España. Da que pensar.

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