No creo que el arte de la felicidad, en todo caso un consuelo, un analgésico momentáneo frente al dolor de vivir y todas las limitaciones y frustraciones que ello conlleva. La felicidad en sí no existe. Creo que es una especie de cálculo racional que nos hacemos entre lo que necesitamos y lo que obtenemos, pero como nunca se ve satisfecho (cuando obtenemos lo deseado siempre queremos más) al menos nos sirve como incentivo y autoestímulo, motivándonos psicológicamente a seguir buscando. La esperanza es lo último que se pierde, no? La felicidad es un enigma, nadie sabe en qué consiste, aunque a veces nos parece experimentarla transitoriamente, como el que ve un oasis en medio del desierto. Por eso inventamos el cielo y lo ubicamos en el más allá (está claro que aquí no cabe, en el mundo real, mas si en el de las ilusiones etéreas).
El arte es algo así como un jeroroglífico de la ansiedad donde la intuición del loco y la inteligencia del sabio se protegen y refuerzan mutuamente para crear en solitaria simbiosis lo que el hombre promedio llama "misterio", "belleza", "obra genial".
No creo que el arte de la felicidad, en todo caso un consuelo, un analgésico momentáneo frente al dolor de vivir y todas las limitaciones y frustraciones que ello conlleva. La felicidad en sí no existe. Creo que es una especie de cálculo racional que nos hacemos entre lo que necesitamos y lo que obtenemos, pero como nunca se ve satisfecho (cuando obtenemos lo deseado siempre queremos más) al menos nos sirve como incentivo y autoestímulo, motivándonos psicológicamente a seguir buscando. La esperanza es lo último que se pierde, no? La felicidad es un enigma, nadie sabe en qué consiste, aunque a veces nos parece experimentarla transitoriamente, como el que ve un oasis en medio del desierto. Por eso inventamos el cielo y lo ubicamos en el más allá (está claro que aquí no cabe, en el mundo real, mas si en el de las ilusiones etéreas).
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