Bandada de aves migratorias
Sola, mirando al horizonte.
Vivo a la altura del vuelo de las aves;
desde aquí escucho la sirena de los barcos,
el batir de las olas,
el graznido de las gaviotas,
y el cielo gris plomizo de tormenta a punto de quebrarse.
Los barcos van y vienen,
como las olas,
como el vuelo de los pájaros,
como nosotros mismos,
dando vueltas y más vueltas
toda una vida.
Ellos también emigran,
se desorientan,
y toman rutas equivocadas,
ellos también vuelan de un lugar a otro,
de día o de noche, con frío o con sol,
desafiando tormentas y fuertes vientos,
salvando muchos contratiempos.
Ellos también construyen sus nidos,
y cuidan de su prole,
y vuelan en bandadas en busca de alimento
y de cobijo.
El universo, los animales y la naturaleza, son un libro abierto que nos enseña y nos guía,
somos parte integrante de la naturaleza
y ella nos cuida mejor que nosotros a ella.
“Nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en este mundo” - nos dijo Gandhi-,
cuídemos del bellísimo planeta que habitamos
y aprendamos de todo lo que nos rodea.
Sabia naturaleza,
un gran ecosistema en equilibrio
sí no fuera por la mano del Ser Humano.