Una de las cosas que más engancha y que a la vez resulta muy placentero del juego del billar es la circunstancia de que las bolas nunca quedan en la misma posición a lo largo de la partida, y por tanto el ángulo de tiro siempre es distinto
Un placer jugar.. también fué un buen refugio para huir de la soledad.
¿Jugaría conmigo una partida de billar?
¿Jugaría conmigo una partida de billar?
Un saludo, poetaurbano
La conciencia de uno mismo es la base de la responsabilidad de la opción o elección escogida. La individuación se gana al precio de hacer frente a la ansiedad implícita en la elección de una postura, tanto en contra como con el propio medio. Los individuos forjan su destino a través de su elección cuya validez puede valorarse tan sólo subjetivamente. Si uno no avanza el resultado es la ansiedad neurótica. La persona teme a la libertad, siente ansiedad ante la responsabilidad de su elección. Por ello se siente "prisionero", "encerrado", presa de la incomunicabilidad y del tedio, del vacío y del alejamiento de la realidad. Para vencer esta desunión del yo necesita lograr la unión con el prójimo y recuperar sus valores perdidos. Sólo la necesaria atención a la realidad que le rodea y a la experiencia inmediata es capaz de hacerle superar esa dicotomía razón-emoción.
ResponderEliminar"Nadie puede vivir si no valora. Valorar es crear; ¡Oídlo vosotros los que creáis! Sin valoración la nuez de la existencia es sólo la cáscara. ¡Oídlo vosotros los que creáis!"
(Friedrich Nietzsche)
Cuando se vive la vida como si fuera una partida de billar se disfruta el triunfo y se sufre la soledad. La vida es lo más opuesto a una partida de billar, y a mí me emociona más la vida, simplemente porque no se controla ni calcula, porque escapa a todo intento de dominio y racionalización, porque en ella sólo vencen los espíritus libres.
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