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martes, marzo 31, 2009

EL DINERO



A poco que uno haya estado cerca de donde corre el dinero, habrá percibido más pronto que tarde como también termina fluyendo la corrupción y la mezquindad. En el mundo laboral de las grandes cifras abunda mucho psicópata, mucho individuo que disfruta haciendo daño, que goza cosificando y machacando. Vivimos en una sociedad en la que todo se vende y se compra, y hemos puesto precio a nuestras vidas. Por dinero mentimos, manipulamos, estorsionamos, chantajeamos, coaccionamos, utilizamos, amenazamos, y si hace falta matamos. Sobre todo si alguien sin quererlo se interpone entre su y su sucio destino. Serás la diana de todos sus dardos, te harán la vida imposible pero a sus objetivos no renunciarán. Unas citas en un blog me han recordado una del filósofo alemán Arthur Schopenhauer, "no hay más que tres resortes fundamentales de las acciones humanas: en primer término el egoísmo, que quiere su propio bien y no tiene límites; después, la perversidad, que quiere el mal ajeno y llega hasta la suma crueldad, y por último, la conmiseración, que quiere el bien del prójimo y llega hasta la generosidad, la grandeza del alma. Toda acción humana debe referirse a uno de estos tres móviles, o aun a dos a la vez".
La codicia es un pozo sin fondo, como el egoísmo, no tiene límites. Todo vale ya para conseguir dinero, y eso me parece un desatino. Una absoluta falta de ética.

1 comentario:

  1. Anónimo5:23 p. m.

    Pues sí, y aunque sea salirse del tiesto, te pongo el ejemplo de la anorexia(un ejemplo entre otras patologías similares). Es curioso que aunque conscientemente uno repudie ciertos patrones sociales que nos condiciona la vida por culpa de estar inmersos en una sociedad materialista que cosifica toda existencia, a menudo se produce en esa misma persona una idealización por eso que íntimamente desprecia, supongo que influye el hecho de considerarlo un valor de supervivencia, y porque ser como mandan los cánones se considera un síntoma de adaptación, inteligencia y buena salud, y todo lo que no se adapte se mira con recelo y desprecio. Quizás ese sea el problema, que es dificil escapar de esa neurosis que contagia la sociedad neurótica en que vivimos. Es como si no pudiendo ir contra ella (o si es posible pero habría que ser alguien muy fuerte y especial), en un acto de rebeldía la repitieras y ensalzaras. Pues eso, que yo creo que es muy difícil salirse del juego en el momento en que se convierte en tu obsesión o tu talón de aquiles. Yo creo que ahí está el abismo de la sinrazón, y pocos se libran de su atracción, incluso cuando más creemos hacerlo ese fantasma reaparece en nuestros intentos de liberarnos, proyectándolo en los demás (un ejemplo, la feminista que se vuelve más machista que los hombres porque tiene interiorizados sus valores, y es solo un ejemplo entre otros que podria poner). Supongo que me he explicado bien, no? Pero eso es lo que creo que realimenta el sistema, y la base de todo eso creo que es un profundo sentimiento de inseguridad y la sociedad se justifica en ese mismo sentimiento. O sea que quien es el loco, el inadaptado o el que se adapta al precio que sea aunque nunca sea feliz? Eso haría replantearnos muchos de nuestros conceptos, y es harto difícil, tanto hacerlo como escapar de ello, porque escapando de la sociedad tampoco llegariamos muy lejos. La solución no es fácil, a lo mejor individualmente si, pero a nivel de sociedad no pq la masa siempre es la que manda. Y lo que dije de que todos tenemos un precio, me refería a que en casos extremos, de supervivencia, supongo que todo es válido, y te obligan a hacer cosas que de otro modo no harías, pero no en todo caso, claro. Por cierto, la anorexia no es un mal de nuestra época, ya existía hasta en la antigua Grecia, porque no es un problema estético sino mucho más profundo, está en la vulnerabilidad de la persona ante las exigencias o presiones de la sociedad. Lo que tiene que entender la gente es que sólo a través de tu forma de ser, siendo como eres, puedes realmente realizarte en toda tu potencialidad, y pasar de la intolerancia y los prejuicios ajenos.

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