
"Estoy encantada. Pero no sorprendida. Llevo escuchándolo unos cuarenta años y no te puedes sorprender año tras año".
“No le pueden dar un Nobel a alguien muerto, así que probablemente pensaron que mejor me lo daban ahora”.
Con buen humor y una vitalidad extraordinaria recibió Doris Lessing la noticia del Nobel de Literatura, y tuvo tiempo de regañar a la prensa. "¿Cómo lo voy a estar celebrando con champán? No me ha dado ni tiempo a comprarlo. Ustedes, en lugar de venir aquí y hacer tantas preguntas, deberían haber traído una botella. En algún momento tendré que ponerme a brindar"
“Pertenezco a una generación de grandes sueños, de utopías de sociedades perfectas, y lo que ocurrió es que hubo mucha sangre. He observado a gente de mi generación que tenía grandes esperanzas y ahora la veo muy rezagada respecto de sus expectativas. Ya no creo en esos sueños perfectos y maravillosos”.
Cuando le preguntaron si creía que los hombres hacen las guerras, la escritora respondió: “No noto que las mujeres, cuando llegan a primeras ministras, sean particularmente pacíficas. Nos gusta pensar que son maternales y amables y que no van a ir a la guerra, pero no es cierto, ¿no es así?”, ironizó. “Nosotros tuvimos una primera ministra, la señora Thatcher, que condujo con gran éxito una guerra contra Argentina. Es una idea absurdamente sentimental pensar que las mujeres pueden hacer más por la paz que los hombres. No hay pruebas históricas. Siempre hubo mujeres muy guerreras y racistas”.
Lessing confiesa que espera “haber sido capaz de recrear el espíritu de la década de los sesenta, una época que, vista retrospectivamente y comparada con lo que vino después, parece sorprendentemente inocente. Hubo en ella poco de la maldad de los setenta o de la fría codicia de los ochenta”.
Su traductora al italiano asegura que "nunca ha querido ser un icono del feminismo". "Es hora de que nos preguntemos quiénes son en realidad esas mujeres que constantemente denigran a los hombres. Las mujeres más tontas, más ignorantes y más horribles pueden criticar a los hombres más entrañables, amables e inteligentes, y nadie dice nada. Los hombres parecen estar tan intimidados que ya no se defienden. Pero deberían hacerlo", decía Lessing en una de sus entrevistas.
Doris Lessing, intelectual comprometida y una de las voces del siglo XX, recibió la noticia del Nobel de Literatura en Londres, la ciudad donde vive.