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domingo, marzo 20, 2011

JAPÓN, GOLPEADO POR LA NATURALEZA


Tenemos el convencimiento y la creencia que dominamos el planeta que habitamos, lo fragmentamos, lo esquilamos, lo talamos, lo saqueamos y lo repartimos a nuestro capricho. Como un Dios detentador y dueño de todo el contenido que alberga nuestro mundo y lo tomamos hasta destruirlo poco a poco, camino de la auto-destrucción. Sin embargo cuando la madre tierra murmura recordándonos quién manda aquí, queda en evidencia que no somos nada, y que todos nuestros conocimientos, ciencias y tecnologías: las centrales, las carreteras o los edificios, no sirven para nada contra el poder de la naturaleza y sus inconmensurables fuerzas.
El fuertísimo terremoto ocurrido en Sendai, Japón, hace 10 días, así como el eventual tsunami originado en las costas japonesas, sirve para recordarnos lo insignificante que es el Ser Humano cuando la naturaleza impone su ley; y en cambio, cuantas veces jugamos a ser Dios, como el lider libio Muamar Gadafi bombardeando a su propio pueblo y desafiando a la comunidad internacional para que no interfiera en la masacre. El mundo árabe se ha levantado en cascada, hartos de sus gobiernos. Los árabes de muchos estados están frustrados por la pobreza, el desempleo, los altos precios y los sistemas autoritarios. Túnez es el nuevo modelo a seguir de todos los árabes, el tiempo de las dictaduras puede haber acabado.
En Japón, tras el desastre natural, el mundo comenzó a ver con preocupación el desenlace de esta gran tragedia, que deja hasta el momento más de 8.500 personas muertas y más de 13.000 desaparecidos, al desatarse la alarma nuclear en la central de Fukushima, a unos 100 kilómetros de Sendai, tras una explosión en uno de los reactores, y a la cual ha seguido una situación de creciente emergencia aún no despejada. Hoy la planta de Fukushima se ha convertido en un desastre nuclear mayor que el de Chernobyl en 1.986, y en el futuro será sellada y cerrada.
La naturaleza ha atacado al país mejor preparado para los desastres naturales, que viven desde siglos, viviendo en una de las zonas más expuestas a terremotos. Tras el desastre, las calles están destruidas, las casas flotando, miles de viviendas en el nordeste de Japón han quedado devastadas y gran cantidad de gente afectada, los supermercados semi-desabastecidos, algunas ciudades están sin luz y Tokio sólo tiene luz a ciertas horas; además la gente tiene miedo a una posible catástrofe nuclear en Fukushima, donde la situación en la planta aún no está controlada. Las imágenes de la triple tragedia ocurrida en Japón son increíbles, la gente extranjera está abandonando Japón, los nipones en cambio sólo pueden emigrar al sur, la crisis nuclear que inquieta al mundo sigue abierta.
¿Qué impacto tendrá el desastre de Japón en la industria nuclear mundial?, ¿es tiempo de dejar de depender de la energía nuclear? Sin duda, la energía solar es la más rentable, la de combustión es inviable y el petróleo no es el oro negro. Antes, no teníamos electricidad, usábamos candiles, pero nadie moría de radiaciones nucleares ni se deformaba. Hay lecciones que podemos aprender del accidente de Japón: el futuro son las energías alternativas, esa es la dirección en la que hay que trabajar. No quiero pensar lo que pasaría en Japón con 35 millones de habitantes si esos reactores explotan, esperemos que haya suerte y que los técnicos nipones lo solucionen.
La reconstrucción de las zonas afectadas por el triple desastre va a ser cara, para terminar de rematar la actual crisis económica global que vivimos, hasta la naturaleza se ha revelado con violencia. Un día más amanece en Japón, y el mundo sigue pendiente de la alarma nuclear en Fukushima. Saquemos las lecciones oportunas de esta tragedia, y solidaricémonos con el pueblo japonés, que se encuentra en medio de un gran dolor, y siempre ha sido una gente muy sacrificada, disciplinada y con un don de respeto envidiable : donde no hubo actos de saqueos, ni desórdenes por robar, un pueblo que busca enfrentar las situaciones difíciles con fuerza y esperanza, sin quedarse de brazos cruzados. Japón ha sufrido tremendas tragedias a lo largo de la historia y es un país próspero, que mantiene una actitud positiva y serena en medio de las grandes adversidades. Es de esperar que la tercera economía del planeta se reponga de la catástrofe que sume a su pueblo en el miedo y el estupor; gran parte del pueblo japonés ya ha vuelto a sus actividades.


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