El otro día cuando iba en el coche con mi hermana, se fijó que una mujer lloraba desconsoladamente mientras caminaba; parecía no poder evitar el llanto y en ningún momento se detuvo. No pude evitar mirar, lo reconozco, "cuando veo a una mujer llorando me da muchisima pena"- dijo mi hermana- "las mujeres tenemos mucho encima"- apostilló Victoria. A mí me pasa exactamente lo mismo que a ella, me conmueve con fuerza el llanto de una mujer, como la mujer madura que caminaba por la calle, impecablemente vestida y arreglada, caminando, sin dar ningún espectáculo, pero sin poder dejar de llorar.
La verdad, esta increible cultura hetero-patriarcal, el patriarcado con todo su machismo, explotando y despreciando a las mujeres, y sin dejarlas en paz, seres que tanto valen, y que por lo general tiran para delante con todo, con el peso del trabajo, la familia, los hijos, el cuidado de personas dependientes, y su mundo interior. Las mujeres hoy por hoy son completísimas, mucho más que los hombres, con ternura y cultura, grandísimas profesionales y personas que continúan pagando un alto precio e invisibilidad por el simple echo de vivir, ¿alguien les pregunta que es lo que realmente ellas quieren hacer con sus vidas?. Las mujeres de sobra sabemos que cuentan con menos apoyos, de todo tipo, y que se encuentran por lo general bastante más solas que los hombres, solas a veces también para llorar.
Son la Sal y el sustento de la vida, cuidemos de ellas, para que tengan pocos motivos para llorar.
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