Miles de historias subterraneas alimentan la vida, quizá la sostienen, viven prisioneras de la libertad y de la luz del día, y en el subsuelo de las ciudades sobreviven ajenas al calor humano y al transitar de los días, al latido de las calles y miradas con las que se cruzan en su jungla de asfalto. Son historias cotidianas que tienen vida propia y también forman parte de ese latido, quizá sean el auténtico latido, la única pulsión de verdad de las enloquecidas vidas que vivimos, teñidas de mezquindades de todo pelaje: la manipulación, la corrupción, las intrigas, el ansia de poder y el dinero. El dinero casi todo lo pudre y lo pervierte. Historias que no existen por ningún tipo de interés a pesar de que hoy nos movemos por intereses, no son relaciones hipócritas, incoherentes o impostoras. No suelen ser personas que malgasten su talento destrozando a los demás, aunque formen parte de la misma vida. Son historias rebeldes. Singulares. Magníficas. Aisladas.
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A que tú no lo soportas todo? Nuestro límite se encuentra justo en el otro. El otro es el reflejo de lo que somos o fuimos, o podemos ser. El reflejo de nuestro negro abismo. Todo es admisible mientras no nos haga daño. Placer y dolor son nuestros sentidos vitales. El 1º nos empuja a la acción y el 2º a evitarla. La ignorancia es infinita, la comprensión limitada (llámalo instinto de supervivencia, aunque suene muy materialista).
ResponderEliminarPues eso, que me cansé de ser Quijote. Quijote de la era tecnológica que lucha contra la incomprensión de los normales que han sabido acoplarse a los cánones impuestos por la sociedad de masas. Los héroes sólo tienen cabida en los cuentos de epopeyas. Para mí una persona heroica es aquella que renuncia a comprender, a entender el caos de banalidad que le rodea, que acepta la realidad tal como es y además en su fuero interno se ríe de ella. Son héroes que no se representan en las novelas porque se saben camuflar entre la vulgaridad cotidiana, y así es como logran sobrevivir. Son héroes que renuncian a serlo, ése es su mérito.
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