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jueves, enero 25, 2007

SOMOS ÚNICOS E IRREPETIBLES. TODOS SOMOS IMPORTANTES















Es una estupidez dedicar el tiempo a complicar la vida a los demás y a mostrar nuestra peor cara. Vamos, que si estamos aquí para algo, desde luego para esto no es. Es muy poco inteligente y propio de personas mezquinas. Pero preferimos desperdiciar nuestro talento destrozando a los demás, y convertir las relaciones cotidianas y laborales en pequeños infiernos, y en ellos, parece ser, encontramos el placer. Qué perversidad la nuestra. Me temo que algunos van a preferir el suicidio antes que pagar todo el mal intencionado que hacen. Los más tiranos con el otro suelen ser los más sumisos cuando no ostentan la autoridad y el poder. Es una de sus grandes patologías y desequilibrios psicológicos. Qué tontos somos. ¿A alguien se le ocurre una forma mejor y más divertida de perder el tiempo?

2 comentarios:

  1. Anónimo2:13 p. m.

    La inseguridad de algunos, el miedo a no poder aparentar un status que exige esta sociedad de la opulencia y el consumismo, la angustia de verse como outsiders a ojos del stablishment, todo eso genera angustia patológica, agresividad desmedida y trastornos mentales de todo tipo. Ellos no se sienten nunca culpables, culpan al sistema que les empuja a actuar así y cuando ven esos mismos comportamientos en los demás los califican de ruines y mezquinos, ellos no son así, sólo se defienden con las armas de que disponen para sobrevivir. No todo el mundo es competitivo y agresivo, por supuesto, pero toda sociedad se establece para asegurar las necesidades de las gentes que las forman, y que ellos consideran naturales. El problema es que nosotros consideramos eso natural y necesario, que lo aceptamos de forma pasiva y conformista.Si la sociedad está neurótica el ser humano que vive en ella se neurotiza también.

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  2. Anónimo4:33 p. m.

    Mira guapa, si la gente te mira mal y se porta mal contigo será porque algo les has hecho. Te puede pasar que un día alguien se porte mal contigo porque su jefe le gritó o su mujer se fue con otro, pero no que te pase siempre. Está claro que la que falla eres tu, que provocas a la gente por yo que sé, tal vez por borde.

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