En una sociedad tan machista aún como en la que vivimos, al hombre se le disculpa casi todo y apenas se le exige nada. Y a la mujer al contrario: apenas si se le disculpa nada, y se le exige el máximo; más que exigirle, se la explota doblemente, en la familia y en el trabajo. Esta sociedad es tan desagradable y exigente con el género femenino, que al final las mujeres que después de soportar tanto mal trato machista consiguen, de alguna manera, salir airosas, se convierten en personas excepcionales. Pero este tipo de mujeres extraordinarias y únicas no salen por televisión, los modelos de mujeres que normalmente transmite la televisión en programas basura son como para salir corriendo. No digo más, cualquiera los puede ver. Sólo quiero denunciar que existen en España mujeres con vidas y experiencias vitales tan ricas e interesantes, únicas e irrepetibles, a las que los medios de comunicación, y en especial la televisión, les dan la espalda, y de paso el mayor de los anonimatos y el mayor de los silencios; son mujeres brillantes, pero silenciadas. De lo que no se habla, no existe, ni hay que reconocerle ningún mérito. Pero claro, no es así, vaya si existen!, otra cosa es lo que nos venden. Disculpen, hemos llegado a caer tan bajo, es tan escandaloso..., la degradación de la convivencia y la decadencia, que da miedo el futuro. Hace falta volver a las raíces de las relaciones humanas para combatir, el mal humor, la depresión, la angustia, la ansiedad, la tristeza. Vivimos en la sociedad del engaño, la estafa y la apariencia, de la artificialidad y sofisticación impostora y falaz frente a la autenticidad, del espectáculo sobre la seriedad, la sociedad del dinero fácil y el esfuerzo mínimo, de las compras con tarjeta de crédito y pura apariencia, la crisis del parecer, donde la apariencia prevalece sobre lo real; una sociedad con una falta absoluta de valores y de autenticidad. Un mundo donde la gente se aflige por parecer lo que no es: extrovertido, sociable, amable, comunicativo, simpático, agradable, conversador, con una intensa vida social, pero que en el fondo se siente muy solo. Esa obligación, esa necesidad de aparentar, exhibirse y fingir naturalidad es sólo una señal, un indicio de que algo falla. Vivimos en una sociedad con un individualismo feroz, en la que la gente se mueve en grupos nada abiertos, en pareja cerrada o anda solitario por la vida. Reflexionar sobre la falta de comunicación en la que vivimos, a pesar de vivir en la era de la comunicación, la información y el conocimiento: webs, chats, blogs, Messenger, videoconferencias, prensa, radio, TV, Internet, etc. Una sociedad con un fracaso educativo brutal: donde la educación no crea individuos que sepan desenvolverse en la vida, que aprendan a ser personas en primer lugar, y a tener criterio propio respecto a otra gente y al mundo que les ha tocado vivir, además de aprender otras materias, sino una sociedad en la que cada día hay más violencia verbal, temperamentos más cortos y puntos de vista más estrechos, un tiempo en el que cada día sabemos más pero entendemos menos, un mundo con toda la tecnología a nuestra disposición, pero con incipiente sabiduría para gobernarla: sin un criterio claro es dificil establecer diferencias, con uno sólido no tanto. Hoy el Ser Humano vive una esquizofrenia muy peculiar: piensa una cosa, dice otra y hace otra diferente. Tenemos una extrema dependencia de la opinión ajena, una inmensa falta de autoestima y muchísima falta de afecto y atención.
Si la sociedad fuera el cuerpo humano, podríamos hablar de un fallo multiorgánico, en el que ha fallado todo el sistema: fallan los padres, fallan los hijos, falla por tanto la familia tradicional, falla la educación y se subestima e infravalora la figura del maestro, hasta entonces muy respetada; fallan los medios de comunicación, fallan los políticos, fallan los bancos, se derrumban las empresas, la gente se aruina, nuestros sueldos han bajado y el paro se dispara, falla todo el sistema; la sociedad ha entrado en crisis aguda, como si fuera un cuerpo humano.
Con este panorama, los medios de comunicación, con un poder enorme y una posibilidad única de comunicarnos a todos, alimentan nuestra mente con basura a granel para el pensamiento desde la televisión: no pensando en los problemas y en la situación laboral tan dificil que tenemos por delante, nos olvidaremos de ella. Los medios de comunicación crean un clima de permanente ilusión e irrealidad, donde casi todo es pan y circo, y fiesta, un mundo de permanente cuento de hadas. Fuera de ellos, la realidad es otra muy diferente: cambió el viento y parte de nuestro mercado laboral se vino abajo igual que un castillo de naipes. Es más fácil manipular, esclavizar, manejar y dirigir a un país de tele-adictos, ludópatas y bebedores, que a otro de abstemios e intelectuales, por eso se ponen todos los mecanismos para fomentar lo primero. En medio de este escenario, la clase política a la gresca todo el día, imbuida en disputas estériles, sin apenas hacer nada, sin ideas, sin rumbo, y sin apenas norte. Entre semejante caos social, se han disparado las consultas psiquiátricas y de atención psicológica. Tenemos ciencias que se ocupan del comportamiento y la conducta, de crisis vitales y de otro tipo de cuestiones sobre la salud mental de la población, pero no bastan: la psiquiatría no resuelve y la psicología lo hace a muy largo plazo; todo esto no nos favorece, pues aumenta la indefensión y el desamparo en que nos encontramos. Y en una sociedad que continua siendo muy machista, la mujer suele estar agotada y machacada, por lo que precisa mayor atención, además de que su situación económica es peor.
¿Les parece poco? ¿Cómo es que nadie dice nada de todo esto?, es casi lo más increible de todo, el silencio colectivo, la falta de interés; parece que por el momento preferimos nuestra vida de indiferencia e hipocresía. Perdonen, ¿Queda una pizca de sentido común en este país?, ¿en este mundo?. Al señor Barak Obama le regalaron hace poco un premio Nobel de la Paz, sólo por tener las ideas para cambiarlo. Por cambiar está casi todo, la verdad es que si lo hacemos aposta este mundo no sale peor. Un mundo que está completamente al revés. Gobierna quién no tiene que mandar (el gobierno no está en el pueblo), el máximo poder no está ni en la clase política (que son meros títeres, al servicio del gran capital, que es quien financia sus campañas) sino en las multinacionales, que dirigen nuestras vidas, y esto es lo que no puede ser. Nos encontramos al borde del camino, y si hay una explosión social de esa revolución nacerá un nuevo sistema y una nueva cultura. De momento, el gobierno francés en pleno acaba de dimitir, algo es algo.
(Quiero dar las gracias a la gente que mira más allá del horizonte, a toda esa gente que me acerca la certeza que otro mundo es posible, gracias por no quedaros inmóviles al borde del camino).
http://www.fotolog.com/knk___26/42499491
ResponderEliminarUn beso tia me encanta leerte!
Hola
ResponderEliminarQue gran verdad la que describes, y que triste es que seamos pocos los que nos damos cuenta (aunque cuando eres asolescente y te preocupan estos temas en lugar de la vida de los famosos o Fisica o Quimica te conviertes en la rara, pero supongo que es mejor que ser un titere ¿verdad?).
Me uno a Kanko, me canta leerte.
Un saludo :D
http://cleopatra-unailusion.blogspot.com
Qué decir ante tanta realidad expuesta...solo que no ha llegado lo peor jeje, no quiero ser pesimista pero es la realidad. Aunque lejos, muy lejos dentro de nosotros todavía queda una brizna de esperanza para que cambie este estado de letargo (vale sutilmente :)
ResponderEliminarAquí dejo algo bonito y para reflexionar:http://tu.tv/videos/el-hombre-que-plantaba-arboles