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martes, noviembre 16, 2010

HABLEMOS DE SEXO



Recuerdo con especial cariño unas fiestas gais que se organizaron en Gijón a finales de los años 70 cuando la libertad en este país era casi un espejismo y no había ningún bar gay en la ciudad.; ni en provincias, y la ubicación de los pocos locales de ambiente lésbico que había abiertos en Madrid o Barcelona era tan oscuro y remoto como el de la España de postguerra: eran escasísimos y poco populares. Y es que el lesbianismo en este país ha estado requetemarginado, y automarginado. Lo que mejor funcionaba era el boca a boca, así la gente se enteraba de los nuevos bares, en alguna discoteca había que picar a un timbre para que te abrieran la puerta, señal de la vida semioculta y prohibida que escondía. Aquellas fiestas fueron una iniciativa popular de un grupo de chicas que no tenían donde divertirse a gusto. Total, que los responsables del Partido Socialista Trabajador de la época amablemente les cedieron sus locales para poder hacerlas y entretenerse y desahogarse los Sábados por la noche. Me acuerdo que en las paredes de sus salas colgaban cuadros enormes de Lenin, Marx, Pablo Iglesias, y otros líderes de izquierda que ellas cambiaban por posters de Jodie Foster, Samantha Fox, Madonna..., las chicas no se sentían de la misma manera bailando y besándose bajo la insólita mirada de Lenin, que de Jodie Foster, Annie Lennox o Cher. Todo entendible, así que el local socialista se transformaba por completo para la ocasión. Las fiestas de chicas de Gijón llegaron a tener tanto éxito que al final venían chicas de provincias limítrofes y una revista feminista del momento les dedicó un artículo. Anécdotas de aquellas fiestas lésbicas hubo muchas, recuerdo la noche que un chico que venía de la calle con unas cuantas copas encima se pegó a la puerta y no se quería ir al descubrir a tantas chicas juntas: un follón, pero al final le convencieron para que se fuera. Eran tiempos donde casi ni se hablaba de la condición gay en ninguna parte, tiempos sin apenas libertad. Pero fueron mujeres valientes las primeras que aprendieron a amar a la mujer y no competir entre ellas, las que abrieron las puertas del feminismo.
La regulación social de los proyectos de vida familiar y en pareja se ha modificado sustancialmente en las últimas décadas, dando lugar a la emergencia de proyectos de vida en común impensables hace no tanto tiempo. Dentro de esos nuevos proyectos de vida en común se encuentran las parejas del mismo sexo, que han ido ganando cada vez más no sólo en visibilidad política, sino también en presencia social. Así, prácticas sexuales legalmente condenadas en el pasado reciente han pasado a formar parte de las opciones que las personas tienen a su disposición y que practican según sus opciones. Es en este contexto en el que ha ido emergiendo la subcultura homosexual como fuente de legitimación y afirmación de la identidad homosexual. La razón por la que los hombres gais viven una (supuesta) época de esplendor, y todo el mundo conoce a los gais famosos, mientras las mujeres lesbianas de este país tienen mucha menos visibilidad y hasta aceptación, es bien clara: ellas son mujeres y ellos hombres. Ambos han sido estigmatizados por la sociedad, pero ellas doblemente, por ser mujeres y por su condición gay, además de que la misoginia y la marginación de la mujer no sólo existe en ambientes heterosexuales.
Es fácil adivinar, el duro camino de la condición gay en este país, como en tantos otros, la falta de libertad, de espacios donde conocerse, donde hacer amistades o parejas, donde divertirse, donde cogerse de la mano o darse un beso cariñoso era y continua siendo un acto de valentía; es fácil darse cuenta del duro camino de la aceptación personal ante tanto rechazo y estigmatización social en la escuela, las familias, en la sociedad. Los gais han estado muy solos mucho tiempo en este país, desamparados y con problemas psicológicos y de adaptación, que si hubiesen tenido libertad para expresarse hoy no tendrían.
Atrás va quedando en el tiempo, afortunadamente, el periodo en el que se definió la homosexualidad como una patología, como un trastorno psicosexual. Hay muchas personas gais que piensan que la naturaleza les da dado este don, si queréis verlo así, el poder sentir ambos sexos como propios, y no quieren verlo como un trastorno, sino como algo que les ha servido para desarrollarse más plenamente como seres humanos; para tener un amplísimo y profundo conocimiento de si mismos y de los demás. Es a partir de la década de los sesenta, con la revolución sexual, cuando en los países industrializados se asiste a un proceso renovado de privatización de la vida cotidiana de las personas, sujeta hasta entonces a un profundo control social y legal, cuestionando la validez de estas normas sociales, y apuntando a favor de una mayor libertad para decidir el curso de los comportamientos individuales, marcando un espacio social de tolerancia y de reconocimiento después del derecho a organizar la vida privada y cotidiana de las personas con arreglo a sus propias preferencias individuales. A día de hoy la pregunta es: ¿Por qué hay que regular las relaciones privadas o el cuerpo humano, si cada uno puede hacer con él lo que quiera? ¿O es que alguien va a venir a decirte que debes hacer con tu cuerpo? Es ridículo, el cuerpo no tiene más dueño que uno mismo. Eso las mujeres contemporáneas lo tenemos muy claro.
Los factores sobre los que se considera debe cimentarse la pareja sin distinción de sexo son: en primer término, una comunicación fluida y una confianza mutua que lleve a poder confiar en el otro los aspectos más íntimos del individuo y que no forman parte de la comunicación que se establece en el marco de otras relaciones sociales.
Digo todo esto porque el Partido Popular ha expresado su deseo de anular la Ley del matrimonio homosexual aprobada por el Partido Socialista en este país, ley que en la actualidad tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional. ¿Alguien ha pensado en las derivaciones administrativas consecuencia de anular la ley?. Hay personas gais que cobran pensiones de su pareja, otras que han roto relaciones y una de las partes pasa una manutención a su ex-pareja, hay parejas con hijos en el medio, ¿qué pasaría? ¿se dejarían de pagar esas pensiones o manutenciones al quedar sin efecto el vínculo legal que les une?, es de locos desregularizar todo esto. Mire Sr Rajoy, lo primero que tengo que decirle es que es una aberración democrática que en una sociedad unas personas tengan derechos y otras no. Eso sí, derechos para los gais no, pero obligaciones sí, eso que a nadie se le escape, a ver si vamos a dejar de pagar los impuestos con la crisis que hay en España, eso no interesa. Le recuerdo que conseguir la libertad en este país ha costado sangre, sudor y lágrimas, y eso la población gay lo sabe muy bien, no juegue usted con fuego y no se quemará. No toque el grado de libertad que se respira en este país, no toque las libertades personales, no remueva usted el dolor tan próximo en el tiempo, no juegue con el dolor ajeno, que a usted no le gustaría que ETA con un atentado le removiese el dolor de las víctimas por terrorismo que hay en su partido. La libertad es el regalo más bello Sr Rajoy, ya lo decía Cervantes: "... la libertad es el don más precioso, querido Sancho", relea el Quijote. La sexualidad debe difundirse como relaciones normales y libres entre las personas, eliminando los tabús en la familia y la escuela. Debemos de construir unas relaciones sexuales igualitarias y libres al placer. Sólo que en su mente hay muchos tabús, me parece a mí. Desde luego la vida es increíble pero usted la hace más increíble todavía, lo increíble es ver como los políticos juegan con los gais, ahora sí, ahora no, harta a cualquiera. Espero que nunca le estalle el amor dentro, como le pasa a la gente gay por no poder comunicarlo a tiempo, más bien parece que se enteró de que existe el amor porque se lo contaron. Mejor hubiese aprendido algo de los programas de sexo que se emitieron por televisión, algunos fueron muy valientes para los tiempos que corrían. Lea a Millás, "Si Dios estuviera en contra del sexo, no lo habría hecho tan divertido, tan higiénico, tan alegre. No permitiría que las moscas se aparearan a la vista de todos ni que los mirlos compusieran una sinfonía pública cada vez que echan un polvo. Tampoco le parecería bien que fuéramos por la calle tragándonos las poluciones de las plantas. Pero es que las poluciones, mire por dónde, están ricas porque el sexo, venga de donde venga y vaya a donde vaya, tiene un sabor incomparable. Es absurdo estar en contra de él y diseñar un mundo fundamentalmente venéreo".
Sr Rajoy, preocúpese de elaborar una buena ley de Educación, revolucionaría a poder ser y de dejar un país más culto, de usted un giro de 360 grados a este mercado laboral e invierta en I+D+I, preocúpese porque se cree empleo digno y porque baje la dueda española, y olvídese usted de la sexualidad y de las materias que no son su fuerte. Está claro Sr Rajoy, que por la edad que tiene, la información sexual que usted recibió fue exigua, por tanto no está capacitado para legislar en esta materia, ni dirigir vidas ajenas. Ahora que teníamos poco con la crisis, llega usted y su groupe de mentes decimonónicas y sexualidad de postguerra, de matrimonios absurdos que se sostienen con amantes, como lo fue el de su colega Alvarez Cascos, y otros compatriotas suyos, qué cree que somos tontos, de hecho el matrimonio burgués tradicional tenía institucionalizada la infidelidad a través de la figura de la "querida", que eliminó la "revolución sexual", liberalizando las relaciones, siempre se habló, de la doble moral burguesa, que ustedes tan bien conocen. ¿Es este su modelo de familia ideal?. Mire, no toque la ley y no tendremos problemas. No están para hablar, ustedes primero no querían la constitución, y ahora la veneran; después no querían el divorcio, y ahora lo exprimen, después no querían el aborto, y suponemos que sus colegas abortan como todo hijo de vecino; y ahora no quieren la ley del matrimonio gay. Ustedes nunca quieren nada pero luego quieren disfrutar de todo, son patéticos. Ustedes los políticos, no se que hacen todo el día saliendo a la palestra, sin tener casi idea de nada, son ustedes unos incultos, que no saben ni idiomas: ¡qué labor diplomática van a hacer, si para ustedes Europa es una gran torre de babell!. Pues mire, la verdadera torre de babel no es la del lenguaje, sino la de las emociones y los sentimientos, esto lo sabía muy bien un discipulo de Freud, el objetivo real de Freud era conocer las pasiones humanas, pero claro es mucho pedirle; Ay! Sr Rajoy, el nuevo aquí es usted, no lo olvide, en este país hay gente que le da a usted cien mil vueltas en sexualidad, sea humilde, escúcheles, aprenderá mucho. Susan Sontag consideraba a los gais mecenas de la cultura contemporánea, y yo así también lo creo. Los gais han sufrido mucho con sus pasiones, y los que conozco que son creativos, son brillantes, aprendamos de ellos.
Ser homosexual no es el rasgo más determinante de una persona, es tan diferenciador de las personas como el color de los ojos; es decir, nada. La orientación sexual es un rasgo más que lo define a uno, no el único rasgo de uno. Mientras no lo veamos así, seguirá habiendo discriminación y diferenciación. "Somos, en gran medida, todo lo que podamos comprender, aprehender del otro; sin ese afecto sensible, no somos nada".

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