A SOLAS CON EL MAR
La patera en la playa. La gente sufre, muere y se ahoga en el estrecho en un brazo de mar, por ir detrás de un sueño, como los que surcan los mares. Los sueños nos acompañan siempre y nos ayudan a vivir. Cuando un lugar ha sido el tema de tantos mitos y leyendas, resulta difícil de creer que se tiene ante los propios ojos. El mar que quiere mecerte a su antojo, el mar de las pateras, las mareas negras, los alijos incautados, la playa que esputa peces muertos y botellas sin mensaje. El destino es incierto como el mar: su inmensa tranquilidad se trasforma en grandes olas que braman en invierno a través de la bruma. El mar es el único lugar del mundo junto con el desierto donde el ser humano se enfrenta cara a cara consigo mismo. El mar te hace sentirte orgulloso de ti mismo, te hace ser consciente, sin darte cuenta aprendes a controlar tu misma furia, tu miedo, tu inseguridad, el mar es un amigo que miro todos los días, y cuando la luz se va escondiendo, enfrentarse al mar en tu soledad es la mejor medicina para el estrés emocional. Si a las heridas quieres echarles sal, sólo vas a encontrar cerrojos y soledad. En el crepúsculo, hablando con el viento, le dije al mar que amaba sus amaneceres y su azul, el cielo bronco y la brisa marina, y por la noche me baño en sus ojos, que no dejan de mirar a la luna. Y leo al borde del mar tranquilo... en una tarde de invierno, con el ruido de las olas de fondo y el sol escondiéndose. Como en Venecia, que el ritmo fluye con la marea.
nice post
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